Díez-Canedo, Enrique
Díez-Canedo, Enrique

- Filólogos, críticos e historiadores de la literatura
- Poetas
- Traductores
Poeta, crítico y traductor nacido en Badajoz, debido al trabajo en aduanas de su padre pasó su infancia en diferentes ciudades del país, como Valencia, Vigo, Port Bou o Barcelona. Tras la muerte de sus padres en esta última ciudad, siendo él todavía adolescente, se trasladó a Madrid, donde inició sus estudios de Derecho, y aunque en 1903 se licenció nunca mostro ningún interés por esta carrera.
Por el contrario, ya empezó a ser asiduo de centros culturales y literarios y fue miembro del Centro de Estudios Históricos, del PEN Club y de la Junta de Relaciones Culturales, además de acudir a tertulias como la mantenida por Carmen de Burgos, ámbitos en los que dio muestras de su temprana erudición. En 1903 ganó un premio de poesía convocado por El Liberal y no tardaría mucho en publicar sus primeros libros de poemas, Versos de las horas (1906) y La visita del sol (1907).
En estos mismos años comenzó su labor como traductor con Del cercado ajeno (1907), una antología de poetas franceses que también incluía algunos autores italianos y portugueses. Con el tiempo se convertiría en uno de los más admirados traductores de poesía, vertiendo al castellano la obra de grandes poetas como Verlaine, Baudelaire, Jammes, D’Annunzio, Heine o Walt Whitman.
También en 1907 inició su colaboración con la Revista Latina dirigida por Villaespesa y en la que coincidió con poetas como Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez, quien se convertiría en uno de sus grandes amigos. Junto a otras numerosas participaciones, cabe destacar su contribución a la prestigiosa revista Renacimiento, creada por Gregorio Martínez Sierra y María Lejárraga.
En 1909 se instaló en París como secretario del embajador de Ecuador y entabló contacto con artistas de todo el mundo. Allí publicó su libro de poesía La sombra del ensueño (1910) y continuó con sus traducciones. Fue precisamente en Francia donde se despertó su gran interés por Portugal, lo que le llevó a reunir a algunos de los mejores poetas lusos en una Pequeña antología de poetas portugueses (1910).
En 1911 regresó a Madrid, donde ejerció de profesor de Historia del Arte, además de enseñar Francés en la Escuela Central de Idiomas, de la que llegaría a ser director, y publicar una de sus antologías más importantes, La poesía francesa moderna (1913). Otra de sus facetas más destacadas fue la de crítico teatral, desempeño que había comenzado años antes en El Globo y que continuó a partir de 1915 en España, donde firmaba sus reseñas como Critilo, y desde 1917 en el prestigioso diario El Sol. Su presencia en esta publicación le hizo popular y se convirtió en el crítico más respetado de la época. Más adelante sus escritos se reunirían en los cuatro volúmenes de El teatro español de 1914 a 1936 (1968).
Durante estos años se multiplicaron su colaboraciones en la prensa. Así, participó en la fundación de la revista literaria La Pluma (1920), ideada por Azaña y en la que escribieron autores como Unamuno, Américo Castro y otros destacados intelectuales; fue clave en la creación de la revista de Juan Ramón Jiménez Índice (1921), donde tuvo una sección fija de Crónicas; y a partir de 1923 también firmó en la Revista de Occidente de Ortega y Gasset. Al mismo tiempo, tradujo, escribió prólogos y reunió antologías para editoriales como Biblioteca Nueva, Calpe y Calleja.
En 1927 inició una gira de conferencias por Hispanoamérica que le llevaron a Chile, Brasil, Uruguay, Argentina y otros países para hablar sobre arte y literatura. Estos viajes le inspiraron el libro Epigramas americanos (1928) y le llevarían a dirigir la revista Tierra Firme de la Sección de Hispanoamérica del Centro de Estudios Históricos. En 1931 realizó un nuevo viaje a América, con paradas en Nueva York y México.
En 1933 se encargó de representar a la República en Uruguay. Tras regresar a España, en 1935 se produjo su ingreso en la Real Academia Española y el año siguiente fue nombrado embajador en Argentina. Después del estallido de la Guerra Civil, en 1937 decidió dimitir y volver a España para defender la República. De nuevo se prodigó en la prensa, publicando poemas en La Hora de España y dirigiendo el diario Madrid.
Tras pasar por Valencia, en octubre de 1938 se exilió en México junto a su mujer y sus hijos. Allí ocupó una cátedra en La Casa de España (más tarde Colegio de México) y siguió escribiendo en la prensa, en cabeceras como el Excélsior o el Taller de Octavio Paz, además de en varias publicaciones de exiliados, como España Peregrina y Romance. También siguió escribiendo títulos como El teatro y sus enemigos (1939) y Juan Ramón Jiménez en su obra (1944).
Afectado de problemas cardiacos, para mejorar su salud pasó parte de su estancia en México en Cuernavaca, donde murió de manera repentina. Todos los que le conocieron, más allá de valorar su poesía, su agudeza crítica y su amplio saber, apreciaron a una persona amable, liberal y de gran corazón.
Cronología
Nace el 7 de enero en Badajoz
Publica Visita del sol y la antología Del cercado ajeno
Publica Sombra del ensueño
Comienza su colaboración con El Sol
Representante de España ante Uruguay
Embajador de España ante Argentina
Inicia su exilio en México
Fallece el 6 de junio en Cuernavaca
Publica Versos de la horas
Se instala en París
Publica la antología La poesía francesa moderna
Realiza una gira de conferencias por varios países de Hispanoamérica
Ingresa en la RAE
Regresa a España
Publica El teatro y sus enemigos
- Fernández Gutiérrez, J. M. (1984) Enrique Díez-Canedo su tiempo y su obra / José Ma Fernández Gutiérrez ; prólogo de José Martínez Cachero. Badajoz: Departamento de Publicaciones de la Excma. Diputación.
- Jiménez León, M. (2011) La obra crítica de Enrique Díez-Canedo / Marcelino Jiménez León. Mérida: Editora Regional de Extremadura.
- Enrique Díez-Canedo en la RAE