La biblioteca como espacio proyectivo para el desarrollo de alfabetizaciones múltiples
Julio Alonso Arévalo, Rosa Martín
Desiderata, ISSN 2445-0650, n. 22, 2023
En un mundo en continua privatización cada vez son más importantes los espacios públicos donde las personas buscan lugares para socializarse de una manera no comercial. las nuevas bibliotecas son el ejemplo más llamativo del cambio que están operando los edificios públicos, disponen de cafeterías, escenarios, rincones acogedores para sentarse y espacios multifunción diseñados para acomodar espacios creativos En este nuevo concepto de biblioteca es la propia comunidad la que define lo que quiere que sea su biblioteca como espacio social y de aprendizaje. El modelo de alfabetización digital de Belshaw diferencia la competencia digital en una serie de componentes que son significativos para todo el mundo, incluyendo personal de la biblioteca: Cultural: cómo comportarse; Cognitivo: cómo hacer; Constructivo: cómo usar; Comunicativo: cómo comunicar; Confiable: cómo pertenecer; Creativo: cómo hacer; Crítico: cómo evaluar; Ciudadana: cómo participar. La biblioteca se convierte en un espacio multifacético donde poder desarrollar esta serie de alfabetizaciones múltiples. Las bibliotecas están respondiendo a estas propuestas desplazando el uso del espacio para los libros en favor de los espacios de trabajo y lectura de los usuarios. Las bibliotecas están desarrollando espacios creativos, makerspaces; es decir, cualquier lugar en el que la comunidad pueda reunirse para un encuentro informal con el objetivo de posibilitar un aprendizaje social compartido. Se caracterizan como espacios: de accesibilidad y acogida, neutrales, inclusivos, con un ambiente desenfadado, en los que se impulsa el concepto de pertenencia y que suponen un hogar fuera del hogar. Por lo común, la gente asocia la biblioteca con los libros y no consideran la biblioteca en relación con otros recursos, pero acogen cada vez una mayor diversidad de espacios y servicios que van más a allá del libro. Las características de estos nuevos espacios son: estancias largas, espacios creativos, mejor ambiente de aprendizaje. Actualmente en cada vez más bibliotecas encontramos espacios sociales con todo tipo de equipos, desde kits de electrónica, máquinas de soldar o coser a impresoras 3D, en los que las personas comparten conocimientos y aprendizaje, pero también son servicios que impulsan la inclusión y la socialización. Además de desarrollar habilidades técnicas, un makerspace es un lugar privilegiado para desarrollar lo que algunos llaman habilidades “blandas” cada vez más demandadas por la sociedad y las empresas. Habilidades como el manejo del tiempo, liderazgo, trabajo en equipo, la regulación emocional y la comunicación efectiva. La labor de la biblioteca en este espacio sería, fundamentalmente, establecer dinámicas comunitarias, abiertas y participativas que estimulen la creación, el aprendizaje y la creatividad.
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