El Estado actual de la representación femenina en el liderazgo bibliotecario: un análisis exhaustivo de más de 13.000 bibliotecas en Estados Unidos por tipo de biblioteca, tamaño de la colección y Estado
The Current State of Female Representation in Library Leadership: A Comprehensive Analysis of Over 13,000 Open U.S. Libraries by Library Type, Collection Size, and State
J. Daniel McGeeney
Journal of library administration, ISSN 0193-0826, vol. 0, n. 0, pp. 1-19
Persisten todavía los obstáculos en el acceso de las mujeres a los cargos directivos en las bibliotecas. Aunque estudios anteriores mostraban avances, la paridad completa aún no se ha alcanzado, especialmente en las bibliotecas académicas. En este estudio, se estimó el sexo de cada director o directora según la probabilidad de que su nombre fuera masculino o femenino, en base a datos del censo. Además, se clasificaron los 13.891 cargos directivos analizados según el tipo de biblioteca (públicas, académicas, escolares, de materiales especiales, gubernamentales y militares). El porcentaje de mujeres directoras fue del 83,8 % en las bibliotecas públicas y del 82,3 % en las escolares; sin embargo, la cifra desciende al 67,7 % en las académicas, al 67,5 % en las gubernamentales y al 64,5 % en aquellas dedicadas a materiales especiales. Teniendo en cuenta que la mayoría de las personas empleadas en bibliotecas son mujeres, puede afirmarse que en cuatro de los cinco tipos principales de biblioteca las mujeres están infrarrepresentadas en los cargos de dirección. De hecho, los hombres tienen un 50,6 % más de probabilidades de ser directores en bibliotecas académicas y un 185,5 % más en las escolares. Solo en las bibliotecas públicas las mujeres están ligeramente sobrerrepresentadas. Es decir, en términos relativos, los hombres tienen mucha más probabilidad de llegar a ser directores en bibliotecas escolares, académicas, gubernamentales y especiales. Otro resultado relevante es que las bibliotecas más grandes tienden a tener menos mujeres directoras, lo que podría estar relacionado con entornos más competitivos y exigentes. El estudio también señala que los sesgos estructurales y la composición de los órganos de contratación —más masculinos en bibliotecas grandes o universidades— pueden influir en esta desigualdad. El autor admite, no obstante, algunas limitaciones: no se han verificado de forma independiente los datos recogidos; se han simplificado las aspiraciones profesionales y su distribución por sexo; se asumió una categorización binaria del sexo, no incluyendo identidades trans o no binarias; y podrían existir errores al emparejar los códigos del censo con los tipos de biblioteca.