Inspiración, sorpresa y fortaleza
Las jornadas celebradas dentro del 78 Congreso de la IFLA no han defraudado las expectativas creadas por el lema que la organización escogió para titularlas este año: Libraries now! Inspiring, Surprising, Empowering. Al menos en el caso de las conferencias celebradas por la Sección de Libros Raros y Manuscritos, después de estos siete días de intercambio de experiencias, se respiraba este deseo de ser fuente de inspiración y de sorprender y, por supuesto, de salir fortalecidas.
Las bibliotecas ahora, en el momento en el que vivimos, en el que la cultura, en palabras del historiador de la cultura Siva Vaidhyanathan, está amenazada por la “googlización” masiva, deben replantearse su papel para seguir conectando con el usuario, aunque cambiando los instrumentos y los medios que han utilizado hasta ahora para conseguirlo.
En el caso de las bibliotecas patrimoniales, que custodian manuscritos, incunables y raros, la principal tarea es conseguir, no solo que la mayor parte de sus fondos estén digitalizados, sino que esta digitalización se realice con el debido rigor y respeto hacia los objetos físicos que se van a manipular y que su resultado sea de la mayor calidad. En esta línea se sitúan las Pautas para la digitalización de manuscritos e impresos antiguos, que han sido redactadas por la Sección y que, tras una serie de revisiones, esperamos que vean pronto la luz.
La utilización de las redes sociales en la difusión de los fondos y en el acercamiento de la biblioteca al usuario, las numerosas aplicaciones relacionadas con el libro, las exposiciones virtuales… El entorno virtual en el que nos movemos hace que el bibliotecario de fondo antiguo tenga que compaginar su labor como conservador de unos fondos de valor incalculable con el dominio de las herramientas más recientes si quiere que la biblioteca siga ocupando un lugar preeminente en nuestro entorno cultural.
La difusión, además, pasa por el proceso técnico previo de los materiales, y en este campo también tenemos un reto: adaptarnos a los nuevos estándares de catalogación, conociendo previamente las experiencias de otros países y fomentando la cooperación internacional con otras bibliotecas para intentar conseguir, en la medida de lo posible, una base de datos unificada que dé lugar a la unión de las distintas bibliografías nacionales retrospectivas, instrumento clave para la investigación.
Y también tenemos que aprender de experiencias previas en cuanto a la prevención de desastres: desgraciadamente, sucesos como el terremoto de Japón de 2011 hacen reflexionar sobre la necesidad de planificar las medidas necesarias para combatir los estragos que un desastre natural, hecho que escapa a toda planificación, puede causar, a veces de manera irreversible, en las bibliotecas.
De todo esto, unas veces de manera sorprendente, otras como fuente de inspiración para acciones futuras, y siempre de manera fortalecedora para los que estábamos allí escuchando y aprendiendo, se habló en el 78 Congreso de la IFLA, dentro de las actividades organizadas por la Sección de Libros Raros y Manuscritos.
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