Miguel Ángel Jiménez, un guitarrista en la sala Barbieri

Miguel Ángel Jiménez, un guitarrista en la sala Barbieri

majiménezEl Departamento de Música de la Biblioteca Nacional de España es como una segunda casa para el catedrático y concertista de guitarra, Miguel Angel Jiménez, uno de los españoles que más y mejor conoce este instrumento. A principios de los noventa llegó a la sala Barbieri y lleva más de dos décadas recopilando datos que luego utiliza en sus clases, conciertos, artículos y conferencias. Es catedrático de Guitarra en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.

“El patrimonio de partituras y de libros sobre música más importante de España está en la BNE”, asegura Jiménez. “Por lo tanto, es aquí donde se pueden consultar muchísimos documentos de muy difícil acceso o imposibles de encontrar en otros lugares”.

-      ¿Qué investiga en estos momentos?

-      Tengo varios proyectos entre manos, entre ellos, temas relacionados con la música para guitarra de los siglos XVII y XVIII. He estado trabajando especialmente en todos los ejemplares que se conservan aquí del libro para guitarra de Gaspar Sanz, que fue un compositor y guitarrista del XVII.

-      ¿En tantos años de trabajo, qué le ha sorprendido más de todo lo encontrado en esta casa?

-      Para mí, todo es un descubrimiento. Es decir: puede que sean cosas conocidas, que ya han estudiado otros investigadores, pero venir aquí y encontrarlas es muy gratificante. Recuerdo interesantes manuscritos del siglo XIX, o del XVII, que yo no conocía. Se hacía referencia a ellos en libros de historia de la música, pero no se sabía dónde estaban. Y descubrirlos aquí, y poder consultarlos, es muy interesante.

-      ¿Le interesan guitarristas de este siglo, como Paco de Lucía, Al Di Meola, Manolo Sanlúcar o John McLaughlin?

-      Ese es un mundo con el que no tengo absolutamente contacto, con el que no tengo nada que ver. Una cosa es que te interese un instrumento, y otra la música que se crea con él. Esos intérpretes que me dice son unos virtuosos, tocan de maravilla, pero su música y su mundo no tienen nada que ver conmigo.

-      En la sala Barbieri, aparte de documentos, encontró usted el amor.

-      Sí, es así. Pero es algo muy personal, y lo único que le voy a contar es que fue una historia muy bonita. Yo venía buscando manuscritos muertos y encontré una persona muy viva. Eso es cierto.

-      Y trabajan a dúo…

-       Muchísimo. Publicamos artículos en colaboración sobre material de aquí, de la Biblioteca, y acerca de otros temas, y también hacemos dúos musicales, en conciertos, incluso hemos actuado en la BNE. Ella toca el clave, que es como un piano antiguo,  y yo la guitarra. No solo la que conocemos como guitarra española, sino la barroca, la del siglo XVII.

-      La cultura une en todos los aspectos de la vida, incluso en los sentimientos.

-      Desde luego que sí. La música une muchas voluntades.

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