Entre los temas que suscitaban un gran interés se encuentran los fenómenos atmosféricos más espectaculares o que causaban grandes daños. En esta relación se narra la erupción de un volcán en mitad del océano y el surgimiento de una isla nueva en las Azores. Junto a las descripciones del tamaño que tenía esta isla, los días que duró el temblor de tierra, la cantidad de fuego y ceniza que expulsó el volcán y lo que hicieron los habitantes de la vecina isla de San Miguel, se incluye un grabado xilográfico titulado “Demonstración del volcán”.

Este ejemplar está encuadernado al final de unos de los volúmenes que formó el cronista portugués Jerónimo Mascarenhas, concretamente en el dedicado a los sucesos del año 1638.