Mirándonos en Cervantes
Francisco Rodríguez Marín, Director de la Biblioteca Nacional, en una conferencia pronunciada el 28 de mayo de 1916 en la Escuela de Estudios Superiores de Magisterio se lamenta del poco eco que estaba teniendo la conmemoración del III Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes: “El pueblo español no conocía a Cervantes y por eso no ha respondido en los festejos ni con su entusiasmo ni con su concurso”. 1916 fue un año muy difícil para Europa y, a pesar de su neutralidad en la Guerra, también para España. En el mes de enero Alfonso XIII firmó un Real Decreto por el que se suspendían todas las actividades en relación con esta efeméride, por lo que el lamento de Rodríguez Marín tiene sus razones, además de una connotación especialmente significativa, teniendo en cuenta su formación cervantista y el significado de la Biblioteca Nacional de España en relación con Cervantes.
La colección cervantina de la Biblioteca Nacional de España, cuyo origen se remonta a la Biblioteca Real, no ha dejado de crecer desde el siglo XVIII y ha contado con destacados cervantistas, que se han preocupado por estudiar e incrementar sus ejemplares, además desde que se instauró el “cervantismo oficial” a mitad del siglo XIX, en todas las conmemoraciones cervantinas la BNE ha tenido un papel especialmente significativo. La mayor biblioteca en lengua española conserva también la mejor colección del mayor escritor que ha dado esta lengua, lugar de referencia a nivel internacional para cualquier trabajo de investigación en relación con Miguel de Cervantes.
Por este motivo en 2014, desde el convencimiento de que teníamos una gran responsabilidad institucional, empezamos a planificar lo que queríamos hacer en 2016 y finalmente el trabajo constante e ilusionado, en no fáciles circunstancias, culmina en una variedad de actuaciones que consideramos van a servir a nuestro único propósito: dar a conocer mejor a Cervantes, que se lean sus obras, que se disfrute con sus personajes y que se aprenda de sus enseñanzas.
Son muchas las actividades que se van a llevar a cabo dirigidas a todo tipo de públicos. Pensamos no solo en los cervantistas sino también en niños, jóvenes, familias y en cualquier persona que se pregunte los motivos por los que hoy, cuatrocientos años después de su muerte, Miguel de Cervantes se considera un mito en nuestro imaginario colectivo. En torno a la exposición Miguel de Cervantes: de la vida al mito se van a celebrar conferencias, conciertos, actuaciones, talleres para familias y un programa pedagógico para centros de enseñanza, un programa ambicioso que, especialmente en el mes de abril, pretende ocupar un espacio que proporcione visiones muy distintas de la obra y figura de Cervantes.
Sin embargo, consideramos que lo más importante de este tipo de conmemoraciones es dejar un legado útil para el futuro. La identificación de la colección cervantina, tarea que de forma sistemática no se había emprendido desde 1906, ha supuesto la catalogación de 25.700 ejemplares entre los que se incluyen monografías, manuscritos, mapas, grabados, dibujos, fotografías, exlibris, partituras, grabaciones sonoras, videos y revistas en torno a Cervantes. Este catálogo, junto a las obras digitalizadas, estará accesible a través de nuestra web y permitirá un acceso fácil a esta colección, referencia para el cervantismo internacional. Un esfuerzo en el que se han implicado todos los Departamentos de la BNE y que es continuidad de la labor realizada desde finales del siglo XIX, cuando se creó la sección Cervantes, hoy desaparecida.
En este año 2016, afortunadamente para todos, no hay una guerra en Europa y se van a llevar a cabo por parte de muchas instituciones actividades de todo tipo que conforman un amplio programa. Dependiendo de los distintos momentos históricos las iniciativas, por parte del poder político, han sido variadas y de mayor o menor envergadura en relación con el cariz que, en cada momento, se quería o se podía dar. Si miramos atrás, veremos que siempre se ha esperado algo más de cualquier conmemoración en torno a Cervantes y que las celebraciones nunca han estado exentas de polémica en un sentido o en otro. Cuando en 1916 el Conde de Romanones suspendió los actos conmemorativos, la respuesta en la prensa de la época fue furibunda y llevó a afirmar a Mariano de Cavia: “Quizás este homenaje mudo, esta forma callada del culto al genio, sea lo más adepto al espíritu de Miguel de Cervantes Saavedra. Y desde luego podemos afirmar, con un fuerte dejo de amargura, que el aplazamiento ‘sine die’ impuesto por tristes contingencias, de los solemnes festejos del Centenario, encaja en los constantes destinos de Cervantes como la corona de espinas en las sienes de Jesús Nazareno”. Pero esto nos debe llevar a reflexionar sobre el sentido último, que tiene recordar a un autor del que todo el mundo habla y muy poca gente ha leído, y sobre el sentido auténtico de este tipo de conmemoraciones de las que siempre se espera más, pero casi nunca se sabe qué exactamente.
Y creo que la mejor manera es mirarnos en Cervantes y en su actitud ante la vida, basada en el compromiso y en la responsabilidad individual, que tan bien reflejan algunos de sus personajes “Con facilidad negará las palabras, que en un papel están escritas, el que niega las obligaciones que deberían estar grabadas en el alma” (Leocadia en Las dos doncellas -Novelas Ejemplares-). Ser muy conscientes de que por mucho impulso político que se pretenda, incluso por mucho presupuesto que se invierta, se conseguirá muy poco, si no somos capaces de asumir seriamente nuestra responsabilidad, pensando en lo que ha ocurrido desde que se iniciaron las conmemoraciones cervantinas a partir de mediados del siglo XIX, reflexionando sobre la vacuidad de los actos de exaltación, si no hay detrás una voluntad decidida de primar el conocimiento frente a la pompa y la voluntad pedagógica frente a los fastos.
Por eso en la Biblioteca Nacional de España, desde la creación de la sección de Cervantes hasta hoy, conscientes del valor de lo que conservamos y de la utilidad de su difusión, seguimos trabajando sin olvidar que no somos sino uno más del eslabón de una cadena que iniciaron otros y que debemos continuar desde el mismo espíritu cervantino: “Bien podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo va a ser imposible” Quijote II, 17.
Ana Santos Aramburo Directora de la Biblioteca Nacional de España
Jamás podrá dejarse de lado una celebración de tanta significación para el idioma, nuestra cultura y el conocimiento universal, pues salvaguardar el valor y la trascendencia de Miguel de Cervantes y su obra es salvaguardar el más grande testimonio escrito de nuestra lengua.