El excursionismo nació en el siglo XVIII al producirse el crecimiento de una clase media que empezó a vivir en ciudades cada vez más alejadas del campo y de una burguesía de elevado poder económico que se estaba en posesión de algo muy valioso, el tiempo libre. La difusión del ferrocarril que permitía acercarse a lugares lejanos con más facilidad y el auge de la cultura llevó a las clases educadas a motivarse hacia todas aquellas actividades que tuviesen que ver con el campo. A partir del siglo XIX empezaron a crearse multitud de asociaciones que atendían a estos intereses por la naturaleza y la cultura. El Centre Excursionista de Catalunya, la Institución Libre de Enseñanza o la Sociedad Española de Excursiones son algunas de las asociaciones excursionistas más activas.