Creado en 1928 el Patronato Nacional del Turismo (PNT) prestó atención a todos los factores que intervienen en una gestión turística, desde la mejora en carreteras y alojamientos, pasando por la formación de profesionales y dedicando parte del presupuesto a divulgar en conocimiento de España dentro y fuera del país a través de publicaciones: guías, catálogos, folletos, carteles, películas, etc. Las diferentes reorganizaciones y fases por las que pasa el PNT durante los 11 años de su existencia son reflejo del periodo histórico en el que desarrolla su actividad, cambios políticos, crisis económicas y guerra.
Durante su primera fase, de 1928 a 1931 es cuando se contó con más presupuesto y se iniciaron la mayoría de los proyectos. Se creó la Red de Paradores Nacionales y de Albergues de Carretera y se pusieron en marcha instrumentos de control de los servicios hoteleros como fue el libro de reclamaciones. Comenzaron a prestar servicio 7 oficinas de turismo en el extranjero (París, Londres, Munich, Roma, Nueva York, Buenos Aires y Gibraltar) y 18 en España. Se realizó asimismo una importante labor editorial contando con algunos de los artistas y escritores más importantes del momento. Además en 1929, y como primera tarea, el PNT fue el encargado de organizar la exposición Iberoamericana de Sevilla y la Internacional de Barcelona.
La celebración de grandes exposiciones internacionales constituía una manera de promocionar un país y atraer visitantes. Desde la década anterior se habían realizado intentos para organizar una exhibición de estas características en España. No fue hasta 1925 cuando se decidió la celebración simultánea de dos exposiciones: La Exposición Iberoamericana de Sevilla y la Exposición Internacional de Barcelona, esta última de carácter más industrial. La labor de promoción fue ingente en ambas: carteles, folletos, películas, souvenirs, presupuesto para prensa e incluso viajes del Rey Alfonso XIII para hacer labores propagandísticas.